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Arquitectos: CAVAA Arquitectes
- Área: 74 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Jordi Surroca
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Bodebo es una tienda de barrio situada en el núcleo antiguo del Farró que desde hace muchos años vende producto a granel, de proximidad y ecológico a los vecinos del entorno. El local se sitúa en la esquina entre las calles de Sant Hermenegild y la Gleva, y dispone de una fachada muy permeable con 5 grandes ventanales.
El encargo de transformar este local, parte de la premisa de dotar al establecimiento de una mayor visibilidad y hacerlo más atractivo para un público más joven, pero con la exigencia de que la propuesta mantenga el carácter tradicional de tienda de toda la vida.
En respuesta a estas necesidades, las primeras ideas se centran en un mejor aprovechamiento de la sala de ventas y exposición, en la reorganización del mobiliario existente y en la creación de unos elementos expositores que resuelvan la venta a granel y formalicen los recorridos de los clientes.
La primera gran decisión es reorganizar el espacio de venta de manera que se destine a almacén la zona interior y aprovechar toda la fachada para el comercio. Las dos ventanas que quedaban anuladas en el espacio inicial de almacén, ahora pasan a formar parte del espacio principal de ventas y exposición, e invitan a la clientela a pasar.
La otra decisión de partida es apostar por la reutilización de los elementos existentes, como la mejor garantía de que la tienda no perderá su carácter. La ‘baldosa cartabón’, presente en bancos y paredes de la tienda original, se ha utilizado de nuevo, para desarrollar las bancadas de exposición de granel y el mostrador de venta. Esta vez con pintura blanca en el esmalte y terracota vista y con un dibujo que rompe con la disposición clásica.
Asimismo, estas nuevas mesas son iluminadas a partir de una serie de luminarias fruto de la reutilización de los tarros de cristal que hasta el momento habían servido como contenedores de caramelos, chocolate u otros productos de venta. De la misma manera, se ha reciclado y reordenado el conjunto de estanterías de madera de pino, que en su disposición inicial no seguían ningún criterio de organización. Ahora, una al lado de la otra, conforman un muro contenedor de producto, en paralelo al desarrollo de la fachada que enfatiza el nuevo espacio diáfano y que permite que tanto el cliente como vendedor visualicen de forma cómoda y rápida toda la oferta.